DIFICULTADES EN EL LENGUAJE Y LA COMUNICACIÓN DEL ESCOLAR CIEGO
En los inicios de la escolaridad del niño ciego, se ven reflejadas algunas dificultades en su lenguaje y su comunicación, que giran alrededor de varios aspectos puntuales como lo son:
· El uso de verbalismos, causados por una ausencia o muy pocas experiencias sensoriales directas[1].
· Uso mayor de palabras pertenecientes a su contexto inmediato, como consecuencia de un escaso contacto con el mundo real[2].
· Dificultad para usar correctamente los pronombres (yo, tu, mi y ti), en contextos conversacionales, al tiempo que se refieren a si mismos en tercera persona, utilizando con frecuencia su propio nombre. Esto se deriva, de la dificultad que supone para el niño ciego construir su propia representación, en ausencia de una imagen real[3].
Cabe destacar, que conforme el niño avanza en su proceso de escolarización, dichas dificultades van desapareciendo, mas precisamente “a partir de los dos o tres años, el lenguaje de los niños ciegos es completamente normal, tanto desde el punto de vista gramatical como semántico, cumpliendo las mismas funciones que en los videntes”[4].
En cuanto a la lectura y la escritura del niño ciego, el Sistema de lecto-escritura Braille[5], juega un papel muy importante, puesto que, es uno de los medios de las personas con discapacidad visual, para acceder a la información escrita.
Dicho sistema esta formado por “combinaciones de puntos sobre una matriz base 3x2 que, al sobresalir del papel, son captados por la piel de los dedos, lo que desencadena que los procesos psicológicos que se ponen en marcha para su lectura no sean coincidentes para la lecto-escritura visual”.
Por lo tanto, en la lectura y escritura del estudiante ciego en Braille, se pueden encontrar algunas dificultades muy comunes. En cuanto a la escritura[6], se hallan las rotaciones de formas, las cuales parecen ser causadas por “problemas espaciales de reconocimiento de formas, es decir, por la configuración de celdillas que constituye cada letra en Braille”. Igualmente, se encuentran la omisión o adición de puntos y de rotación, que se han considerado como errores mecánicos, es decir, como “errores en la percepción táctil, que hacen que no se perciba un punto determinado de una letra para fusionarlo con la siguiente, o al contrario”.
En relación con la lectura táctil del Braille[7], se encuentra con mucha frecuencia la omisión de puntos y la rotación de formas, considerándose este ultimo aspecto como una consecuencia de enseñar la escritura del braille con “pauta”, lo que desencadena que el estudiante deba “escribir sobre el papel con un punzón en la dirección de derecha a izquierda, con lo que las letras que se escriben están en espejo respecto a su configuración cuando se leen”.
Para concluir, podemos decir que en el proceso de aprendizaje de lectura y escritura, las dificultades que presentan los escolares con Discapacidad Visual (sin otra patología asociada), son muy similares a las de los videntes.
[1] RAPETI, Marta Elena. Estimulación precoz del niño ciego y disminuido visual. Tomado de: http://www.espaciologopedico.com/articulos2.php?Id_articulo=268
[2] SANCHEZ ALVAREZ, Mercedes. Educación Especial: necesidades a tener en cuenta en el área de lenguaje para alumnos ciegos o deficientes visuales. PEARSON EDUCACION S.A. Madrid, 2002.
[3] Ibíd.
[4] OCHAÍTA, Esperanza. ROSA, Alberto. Percepción, acción y conocimiento en los niños ciegos. Pág. 222.
[5] Ibíd. Pág. 218.
[6] ROSA, Alberto. HUERTAS, Juan Antonio. Peculiaridades de la lectura táctil del braille: un estudio empírico. Tomado de: http://dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=48294&orden=0
[7] OCHAÍTA, Esperanza. ROSA, Alberto. Percepción, acción y conocimiento en los niños ciegos. Pág. 224.
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